- Liliana Franco
La langosta de mar y su madre

–No andes atravesada y no roces tus costados contra la roca mojada– decía una langosta marina a su hija.
–Madre, repuso ésta, –tú que quieres instruirme, camina derecha, yo te miraré y te imitaré.
Antes de dar un consejo con tu palabra, primero dalo con tu ejemplo.
-Fábulas de Esopo
0 comentarios